EL PENSAMIENTO MATEMATICO EN ALUMNOS DE INFANTI (3-6 años).
El cerebro humano viene preparado, al nacer,
tanto con los recursos necesarios para aprender cualquier idioma, base para los
futuros aprendizajes de la lectoescritura, y fundamento del pensamiento, como
con recursos suficientes para percibir el mundo de mantera cuantitativa. Esto
es, nacemos con la capacidad de aprender a hablar, a pensar y a contar,
características únicas y exclusivas del ser humano. Es más, incluso poseemos la
capacidad de aprender operaciones aritméticas en edades muy tempranas. Piaget
se habría sorpendido de comprobar que, neurológicamente hablando, los niños
adquieren los conceptos matemáticos mucho antes de lo que él había creído. Otra
cosa es que sepan expresarlos, lo que posiblemente le llevó a pensar que no
adquirían estos aprendizajes hasta más adelante.
Gracias a los estudios sobre neurociencia
educativa que se han desarrolladoposteriormente, y que describiremos brevemente
en este trabajo, podemos dar a este fenómeno una explicación fisiólogica.
Efectivamente, investigaciones recientes realizadas señalan que los circuitos
neuronales del procesamiento numérico se localizan principalmente en el lóbulo
parietal, específicamente en la región parietal izquierda. Aunque otras
regiones cerebrales como la corteza prefrontal, la parte posterior del lóbulo
temporal, la corteza cingulada y la ínsula, además de distintas regiones
subcorticales, parecen contribuir también al correcto funcionamiento de estas
capacidades. En lo que respecta a la región parietal podemos decir que sustenta
la capacidad de representar cantidades y realizar cálculos, y que es la zona que
comporta los principales circuitos concernientes al procesamiento matemático.
El
pensamiento matemático en la primera Infancia.
Como sabemos, la plasticidad cerebral en los
primeros años de vida es máxima. Es el periodo en el que se producen
importantes conexiones cerebrales que serán la base de los futuros
aprendizajes. También hemos visto que nacemos con la capacidad de aprender con
asombrosa facilidad tanto la práctica totalidad de un idioma en un periodo de
tiempo muy pequeño (a los 5 años de edad el niño posee ya un vocabulario de
cerca de 2000 palabras, maneja la gramática, la sintaxis y la pragmática de
manera natural), como con la capacidad de cuantificar las cosas que nos rodean,
y de operar con ellas. Esta capacidad permitirá a un bebé, por
ejemplo,distinguir desde bien temprano, si en una habitación hay una o más
personas, y aunque evidentemente no sepa aún cuántas hay, si que tiene
intrínseca la noción de cantidad.
Es sabido también que unabuena estimulación
es necesaria para el óptimo desarrollo del cerebro y sus capacidades. Las
habilidades matemáticas están distribuidas en diferentes partes del cerebro y
están conectadas también con zonas específicas de la producción del lenguaje,
necesario para el tratamiento preciso y lingüistico de los números. Lo que se
aprende en la infancia es el fundamento para todo nuestro aprendizaje
posterior, y aunque no son definitivos, sí son determinantes. Por eso, son
importantes en este periodo de la vida unos adecuados métodos de enseñanza que
garanticen la correcta participación de las redes neuronales de las zonas
implicadas en el pensamiento matemático, para su óptimo desarrollo a nivel
fisiológico y, consecuentemente, facilitar el aprendizaje futuro a nivel
cognitivo.
¿Cómo
favorecer el pensamiento matemático en Educación Infantil? Actividades
sugeridas.
La
enseñanza a los niños de Educación Infantil es tierra virgen para el progreso
todas las capacidades. Todo el potencial de aprendizaje está disponible. Y es a
través del juego como mejor podemos explotar todo ese potencial. Con
actividades en las que los niños puedan percibir a través de los sentidos, en
particular el tacto, el oído y la vista, desarrollaremos adecuadamente las
zonas cerebrales implicadas. La manipulación espacial de objetos favorece el
aprendizaje de las matemáticas. Juegos, música, cosas que tocar y cosas que
contar. Para contar, podemos usar
los dedos de las manos, y hasta de los pies, y también para realizar sumas
sencillas hasta 10. Canciones del tipo “yo tenía diez perritos” acompañada de
sus equivalentes dedos, ayudan a reforzar la palabra del número, con su noción
cuantitativa.
También podemos ponerles canciones con ritmos
regulares, de manera que a través de la música desarrollen, tanto las
habilidades lingüísticas y memorísticas necesarias para recordar y cantar las
letras, como las habilidades matemáticas necesarias para percibir los tempos y
seguir el ritmo.
Otro
juego divertido puede ser lanzar un dado gigante y coger de una bolsa tantas
canicas como puntos salgan en la cara del dado que quede hacia arriba.
Es muy interesante el uso del ábaco para el entrenamiento en tareas
de contar, y más adelante, utilizarlo para realizar sumas y restas sencillas.
En principio puede usarse un ábaco ruso sencillo de 10 cuentas por varilla, muy
fácil de usar, pero después puede resultar muy conveniente el uso del soroban o
ábaco japonés, con el que se desarrolla de manera increible importantes zonas
del cerebro implicadas en el cálculo mental, como el lóbulo parietal (sustracción)
o los ganglios basales del hemisferio izquierdo (suma y multiplicación), por la
peculiar manera de la disposición de sus cuentas, que favorece muy
convenientemente el establecimiento de la multitud de redes neuronales
necesarias para su comprensión, y el correcto desarrollo del córtex prefrontal,
responsable de las futuras funciones cognitivas superiores, como el procesamiento
de operaciones matemáticas de alto nivel.
Conclusiones
Está claro que es imprescindible
una adecuada estimulación ambiental para un óptimo desarrollo cerebral. Que los
aprendizajes de diferentes áreas se distribuyen por amplias zonas del cerebro
interconectadas entre sí y que es conveniente que cuanto más estimulante sea el
entorno en la primera infancia, mayor será el desarrollo y el aprendizaje del
niño.